Hotel, Stand y Cero Público: La Cara B de Exponer Arte en Ferias
(Crónica descarnada para artistas valientes y coleccionistas curiosos)
1. El sueño de los 1 500 €
Viernes por la mañana, café humeante y el coche cargado de ilusiones tamaño XL. Mi lista de “ventas mínimas” decía 1 500 €. Spoiler: no llegué ni a la mitad, pero todavía no lo sabía cuando puse primera.
2. El stand perfecto… para los fantasmas
Colgué mis grabados fluorescentes con mimo quirúrgico. Luces, color, texturas — y, de fondo, la nada. Los pasillos parecían una discoteca antes de abrir: todo listo, cero público. Cuando tu colección se llama “El color tiene hambre” y no hay nadie para alimentarla, duele.
3. El reality check: números fríos
- Ventas reales: 400 €
- Gastos (hotel + gasolina + bocata de lomo): 250 €
- Beneficio: 150 € que no cubren ni la resaca emocional.
Pero, ojo, cada billete que no entró se convirtió en una lección que vale oro.
4. Cinco bofetadas que me llevo a casa
- La organización importa más que el cartel bonito. Si la feria no mueve tráfico, tu arte no se mueve.
- Networking en la cola del baño: los pocos asistentes fueron contactos de calidad. Habla hasta con las lámparas.
- Plan B de contenido: grabar el vlog salvó el finde; el vídeo ya suma más miradas que las que pasaron por el stand.
- Crea ofertas irresistibles para llevar: mini-prints, postales, algo que la gente pueda pagar sin pensarlo.
- Evalúa rápido y decide: repetir solo si la organización mejora o si puedes convertir el stand en emisión en directo.
5. Hoja de ruta para la próxima
- Reservar alojamiento con cancelación gratuita.
- Preguntar (de verdad) cifras de asistencia histórica.
- Llevar un setup mínimo para stream y vender online en tiempo real.
- Ofrecer demos en vivo: la gente paga por experiencia, no solo por el papel.
¿Te late esta confesión cruda?
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- Chafardea el resto de historias en el blog y cuéntame tu propio “fail” artístico: juanjoortubia.com/blog/
Nos leemos en los comentarios, oveja negra. Y recuerda: el arte auténtico no tiene rebaja, pero sí revancha.
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